Somos una familia que ha nacido y se ha criado en una pequeña aldea de la alta montaña.
Nos dedicamos de forma semi-profesional a la apicultura en nuestra pequeña explotación apícola familiar de unas 200 colmenas, repartidas por la alta montaña declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco y Reserva Natural.
Tras varias generaciones de apicultores, donde nuestros antepasados la recolectaban para autoconsumo, decidimos profesionalizar un poco mas nuestro trabajo y así aumentar el número de colmenas para producir excedente, pero siempre manteniendo el mismo mimo y esmero.
A día de hoy, aunque la apicultura no es nuestra principal actividad, mantenemos un gran arraigo con el rural así como un especial interés por el beneficio que las abejas otorgan al medio y a la sociedad, aprovechando así, el uso de las nuevas tecnologías para dar a conocer nuestro excelente producto.
Cuidamos personalmente las colmenas, recolectando, extrayendo y envasando nuestra miel que después vendemos hasta agotar las existencias. Nuestra producción es limitada, por lo que una vez acabada la cosecha, toca esperar al siguiente año para volver degustar este manjar elaborado por nuestras abejas en esta zona privilegiada por su variedad e inigualable botánica.
Nuestro trabajo consiste en la venta directa al consumidor, recolectando la mejor miel y siempre siendo fieles a la forma tradicional, evitando la sobreexplotación y garantizando de esta manera la máxima calidad, con el fin de establecer una conexión directa con el consumidor.